¿QUÉ DEMONTRES ES EL INTERÉS LEGÍTI…¿¡QUÉ!?… (SEGUNDA PARTE) 2

Lago_di_Poschiavo

En una entrega anterior aclaramos (por ser estrictamente necesario) que la palabra “demontres” significa “demonios”; pero que no podíamos utilizarla por consideración al lector.

Sin embargo, al parecer quien no ha tenido consideración con los justiciables (es decir, nosotros) es el Pleno de la Suprema Corte. Cabría de suponer que en una contradicción de tesis resolvería las diferencias jurídicas entre las dos Salas existentes y daría claridad, entre otros, al concepto de “interés legítimo”.

Y decimos que no ha tenido consideración, porque la tesis por contradicción “INTERÉS LEGÍTIMO. CONTENIDO Y ALCANCE PARA EFECTOS DE LA PROCEDENCIA DEL JUICIO DE AMPARO (INTERPRETACIÓN DEL ARTÍCULO 107, FRACCIÓN I, DE LA CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE LOS ESTADOS UNIDOS MEXICANOS)” que ya citamos en la entrega que precede a este comentario, según parece, sólo agrega confusión y no aporta solución. (Véase la sección “Jurisprudencia al día” de este sitio).

Pero para ello, hay que comenzar por el principio.

Ocuparía un espacio muy amplio referirse al verdadero origen de esta categoría espuria llamada ahora “interés legítimo”, además de que excede con mucho los límites de este espacio.

Basten entonces con acudir al origen doctrinal de esta inmensa confusión.

Como escritor, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea (“Hacia una nueva Ley de Amparo”) lo definía como una “legitimación” intermedia entre el interés jurídico y el interés simple. Es claro que definir algo por lo que está “entre” y “entre” no aporta mucho. Sería como pretender definir al ser humano como lo que está “entre” el suelo y las nubes (¡normalmente no hay muchos seres humanos viviendo arriba de éstas!).

Eduardo Ferrer MacGregor (“El nuevo juicio de amparo”) pretende que sea el “…relativo a la afectación jurídica del gobernado en virtud de su especial situación frente al orden jurídico”. Es decir, que el “interés jurídico”… es el “interés” que afecta jurídicamente al gobernado. Dicho de otro modo: el “interés” es nada menos que… el “interés”. ¡Claro! Y siguiendo el ejemplo anterior, un ser humano… es, sin duda, un ser humano. Cierto… pero tautológico (esto es, la repetición de un mismo pensamiento expresado de diversas maneras).

Ángel Gómez Montoro (“El interés legítimo para recurrir en amparo”), estudioso español, hace un esfuerzo supremo para llegar a decir que “debe tratarse de ‘un interés propio, cualificado y específico’ que habrá de determinarse atendiendo al tipo de derecho comprometido, a la especie de relación –legal o de hecho- con su titular, y a la propia posición de quien invoca”. O sea que el “interés legítimo” aquí es nada más y nada menos que… un “interés” propio, cualificado y específico. Sin comentarios. Tautológico y circular, pero sin respuesta. En el propio ejemplo, antes invocado, un ser humano es un ser humano propio, cualificado y específico ¡Pues sí!… es propio respecto de sí mismo, no es ajeno; tiene sus propia cualidades y es bastante, a veces demasiado, específico…

Definir algo por lo que no es o por repetición de lo mismo que es… no aporta nada… entonces ¿Qué demontres es el interés legítimo?

¿Habrá podido la Suprema Corte de Justicia de la Nación mexicana resolver este gran dilema en la tesis de jurisprudencia antes citada?, o por el contrario, ¿habrá dejado a los justiciables (otra vez, nosotros) en esa incertidumbre que lleva a un callejón sin salida?

Continuaremos en la siguiente entrega…

Un Comentario

  1. Mi queridísimo DR HRRT: Como decimos los taurófilos, (con el perdón de las sociedades protectoras de animalitos, habiendo tántas personas en situación de pobreza extrema y calle;);?regresemos a tu brillante comentario, la estocada puesta en todo lo alto, lo mejor que he leído del «interés legítimo», por lo que hace a la SCJN, y las definiciones que analizas con toda pulcritud lógica y jurídica, creo que ya no se trata de sentar Jurisprudencia por contradicción de Tesis, sino que cada definiciòn y Tesis, llevan en sí mismas su propia aporía y contradicción.
    Después de leer y releer ésta segunda entrega, espero ansiosa la tercera, para escuchar de tí, «qué demontres» es el interés legítimo.
    Mi cariño siempre.
    SCCh. שושי

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